Con mis compañeros de trabajo, alcanzamos a ver que fue una batalla de un grupo de carabineros con un grupo de delincuentes tratando de hacer daño a las micros o alguna tienda con sus vidrios vulnerables o cualquier letrero que pareciera débil para poder derribar a punta de insistentes patadas.
No vimos a la gente de la marcha ni siquiera a los dirigentes con sus carteles, a esa hora probablemente ya se había acabado esa parte de la marcha.
Solo vimos algunos hombres corriendo con piedras en sus manos, tratando de esquivar a la policía, algunos tratando de bloquear el tránsito de vehículos y otros rompiendo las señales públicas de la calle, para usarlos como barrera.